Desde
1979 hasta su fallecimiento a comienzos de 1986, Enrique Tierno Galván –destacado
intelectual y docente universitario- fue Alcalde de la ciudad de Madrid. Junto
a otros muchos aspectos de su gestión, destacaron los célebres bandos de gobierno
a los que Fernando Lázaro Carreter identificó como nuevo género didáctico-lúdico.
Enrique
Tierno ha creado un minúsculo pero grato género de discurso: el del bando
didáctico-lúdico. (…) Por “nuevo” no se entiende, en el oficio de escribir, la
creación ex nihilo: entre los
tratadistas, corre como doctrina común que lo nuevo es sólo lo viejo
reelaborado, traído a combinaciones, circunstancias y fines que sí son nuevos.
Es así
que para Lázaro Carreter la innovación estuvo en la lúcida combinación de dos
géneros que hasta ese momento eran lejanos –por no decir, opuestos- entre sí.
Andaban,
por un lado, el bando, género discursivo con normas retóricas bien definidas;
por otro, las parodias, en manos de escritores de humor. La novedad ha
consistido, en este caso, en que un Regidor, al que la tradición de los estilos
sólo permite el primer tipo de discurso, asume el de la parodia, y confía a
ésta una misión que es sólo propia de aquél: la de persuadir, exhortar u
ordenar.
Tan
arriesgada acción no sólo puede ser explicada –siempre siguiendo a Fernando
Lázaro Carreter- por el gusto personal de Tierno Galván sino por la búsqueda de
formas novedosas que permitieran a las exhortaciones de gobierno abandonar un
lenguaje que, por reiterado y desgastado, había devenido en inútil. “Y ello,
porque la premática ha sufrido el achaque tiempo, como todo género, y se ha
hecho cansada y, por tanto, ineficaz. Infundiéndole nuevos rasgos, capaces de
extrañar, de chocar, se reanima, se activa, aguija otra vez la atención.” Concluye
el autor citado afirmando que
El
Alcalde aparece en ellos como un ciudadano más que juzga la Villa, que comunica
a los vecinos las preocupaciones que le “atosigan”, o les invita a “recapacitar
con fundamento”, casi como en coloquio familiar. (…)
La
personalidad del autor –ironía, gracia, sutileza, bondad, agudeza, fe en la
razón, afán de convivencia, escepticismo, llaneza- empapa los textos, y apenas
deja espacio a la frialdad del discurso municipal.
Una
vez caracterizado el marco conceptual de los bandos de Enrique Tierno Galván,
citemos algunos de ellos que tienen como objetivo convocar a la ciudadanía a mejorar
la higiene de la ciudad.
El
Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.
Madrileños:
La Villa
de Madrid ha sido siempre ejemplo de convivencia cortés en un ambiente limpio.
Circunstancias que todos los madrileños conocen han ido estropeando nuestra
Ciudad hasta el extremo que los propios vecinos de Madrid se han hecho desidiosos en cuanto atañe al cuidado de su
Ciudad y, en algunos casos, en cuanto a dar buen ejemplo y mantener honestas costumbres.
Los vecinos debemos contribuir con nuestro esfuerzo a que la Villa recobre la
limpieza y el decoro que siempre tuvo y siempre se le ha reconocido.
El
trabajo que esto requiere, y para el que pido la ayuda de cuantos en Madrid
viven, debe principalmente orientarse, por ahora y hasta que el Ayuntamiento dé
nuevas normas sobre calles y fachadas, a procurar que nuestros parques y
jardines sean modelos de lugares limpios y apacibles, propios para el esparcimiento,
el paseo tranquilo y el sosiego del espíritu. Por lo cual, requiero a los
madrileños para que estén al cuidado y eviten dejar caer papeles y restos de
cualquiera clase en los caminos y praderas de los parques y jardines, y que a
la vez cuiden de no pisar el césped, que se pierde y estropea con facilidad por
la falta de humedad ambiente y por no estar a nuestro alcance regarlo con tanta
frecuencia como su mantenimiento requeriría.
Por
consiguiente, y para que el cumplimiento de este Bando sea efectivo, se
advierte que quienes lo infrinjan serán amonestados por los guardas públicos, y
si insistieran en la infracción habrán de abonar la cantidad mínima que prevén
las Ordenanzas vigentes, por su imperdonable descuido y falta de educación
cívica.
Madrid,
31 de julio de 1979.
La
falta de higiene era uno de los problemas que más preocupaba a Tierno Galván
quien observaba que la respuesta ciudadana no llegaba con la premura necesaria;
de allí su insistencia en exhortar al cambio de hábitos que contribuiría al
bienestar colectivo, tal como lo muestra este otro bando emitido pocos meses
después que el anterior.
El
Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.
Madrileños:
Una de
las mayores preocupaciones que atosigan a esta Alcaldía es la de la falta de
educación cívica. Hay algunos madrileños que no tienen conciencia clara de que
convivir significa tener respeto a la ciudad y a quienes viven en ella.
Merece
especial mención, en cuanto a la educación cívica se refiere, el tema de la
limpieza urbana: la falta de respeto mutuo, en algún sector del pueblo madrileño, está dejando la ciudad fea, triste y sucia.
Aumentar la limpieza de Madrid es un quehacer de todos, y también lo es que
cada uno de nosotros se convierta en censor de los demás, advirtiéndoles que no
ensucien o dañen. Nada conseguirá la Alcaldía en este aspecto si no cuenta con
sus convecinos. (…)
Nada
disculpa una desidia que puede llegar a dañar la salud pública. No se olvide
que no deben colocarse las bolsas en recipientes que contienen las basuras antes de una hora del paso del vehículo que
las recoge, cuando la recogida se hace durante el día, ni antes de las diez
de la noche, cuando sea nocturna. (…)
Advierto
también a los convecinos que quien sea propietario de un animal doméstico debe
cuidarlo, para que la satisfacción de su compañía no implique molestias a
nadie. (…)
Como
Alcalde, acudo a los vecinos de la Villa y Corte de Madrid pidiéndoles ayuda, tanto para que cumplan lo que la buena
crianza y la educación cívica requieren, como para que inciten a que lo hagan
quienes no cumplan como deben. Todos
debemos contribuir, en nuestro cotidiano vivir, en el círculo de nuestros
conocidos, amigos, familiares y, en general, convecinos, para que Madrid se
convierta en una ciudad limpia y tranquila.
El
Alcalde agradece la buena voluntad y la ayuda de todos.
Madrid,
10 de octubre de 1979.
Los
bandos de don Enrique no han perdido vigencia al paso de los años dado que son
tan necesarios hoy como lo fueron ayer. Y no sólo en Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario