jueves, 6 de octubre de 2016

Los bandos de Enrique Tierno Galván: higiene


Desde 1979 hasta su fallecimiento a comienzos de 1986, Enrique Tierno Galván –destacado intelectual y docente universitario- fue Alcalde de la ciudad de Madrid. Junto a otros muchos aspectos de su gestión, destacaron los célebres bandos de gobierno a los que Fernando Lázaro Carreter identificó como nuevo género didáctico-lúdico  
Enrique Tierno ha creado un minúsculo pero grato género de discurso: el del bando didáctico-lúdico. (…) Por “nuevo” no se entiende, en el oficio de escribir, la creación ex nihilo: entre los tratadistas, corre como doctrina común que lo nuevo es sólo lo viejo reelaborado, traído a combinaciones, circunstancias y fines que sí son nuevos.
Es así que para Lázaro Carreter la innovación estuvo en la lúcida combinación de dos géneros que hasta ese momento eran lejanos –por no decir, opuestos- entre sí.
Andaban, por un lado, el bando, género discursivo con normas retóricas bien definidas; por otro, las parodias, en manos de escritores de humor. La novedad ha consistido, en este caso, en que un Regidor, al que la tradición de los estilos sólo permite el primer tipo de discurso, asume el de la parodia, y confía a ésta una misión que es sólo propia de aquél: la de persuadir, exhortar u ordenar.
Tan arriesgada acción no sólo puede ser explicada –siempre siguiendo a Fernando Lázaro Carreter- por el gusto personal de Tierno Galván sino por la búsqueda de formas novedosas que permitieran a las exhortaciones de gobierno abandonar un lenguaje que, por reiterado y desgastado, había devenido en inútil. “Y ello, porque la premática ha sufrido el achaque tiempo, como todo género, y se ha hecho cansada y, por tanto, ineficaz. Infundiéndole nuevos rasgos, capaces de extrañar, de chocar, se reanima, se activa, aguija otra vez la atención.” Concluye el autor citado afirmando que
El Alcalde aparece en ellos como un ciudadano más que juzga la Villa, que comunica a los vecinos las preocupaciones que le “atosigan”, o les invita a “recapacitar con fundamento”, casi como en coloquio familiar. (…)
La personalidad del autor –ironía, gracia, sutileza, bondad, agudeza, fe en la razón, afán de convivencia, escepticismo, llaneza- empapa los textos, y apenas deja espacio a la frialdad del discurso municipal.
Una vez caracterizado el marco conceptual de los bandos de Enrique Tierno Galván, citemos algunos de ellos que tienen como objetivo convocar a la ciudadanía a mejorar la higiene de la ciudad.
El Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.
Madrileños:
La Villa de Madrid ha sido siempre ejemplo de convivencia cortés en un ambiente limpio. Circunstancias que todos los madrileños conocen han ido estropeando nuestra Ciudad hasta el extremo que los propios vecinos de Madrid se han hecho  desidiosos en cuanto atañe al cuidado de su Ciudad y, en algunos casos, en cuanto a dar buen ejemplo y mantener honestas costumbres. Los vecinos debemos contribuir con nuestro esfuerzo a que la Villa recobre la limpieza y el decoro que siempre tuvo y siempre se le ha reconocido.
El trabajo que esto requiere, y para el que pido la ayuda de cuantos en Madrid viven, debe principalmente orientarse, por ahora y hasta que el Ayuntamiento dé nuevas normas sobre calles y fachadas, a procurar que nuestros parques y jardines sean modelos de lugares limpios y apacibles, propios para el esparcimiento, el paseo tranquilo y el sosiego del espíritu. Por lo cual, requiero a los madrileños para que estén al cuidado y eviten dejar caer papeles y restos de cualquiera clase en los caminos y praderas de los parques y jardines, y que a la vez cuiden de no pisar el césped, que se pierde y estropea con facilidad por la falta de humedad ambiente y por no estar a nuestro alcance regarlo con tanta frecuencia como su mantenimiento requeriría.
Por consiguiente, y para que el cumplimiento de este Bando sea efectivo, se advierte que quienes lo infrinjan serán amonestados por los guardas públicos, y si insistieran en la infracción habrán de abonar la cantidad mínima que prevén las Ordenanzas vigentes, por su imperdonable descuido y falta de educación cívica.
Madrid, 31 de julio de 1979.
La falta de higiene era uno de los problemas que más preocupaba a Tierno Galván quien observaba que la respuesta ciudadana no llegaba con la premura necesaria; de allí su insistencia en exhortar al cambio de hábitos que contribuiría al bienestar colectivo, tal como lo muestra este otro bando emitido pocos meses después que el anterior.
El Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.
Madrileños:
Una de las mayores preocupaciones que atosigan a esta Alcaldía es la de la falta de educación cívica. Hay algunos madrileños que no tienen conciencia clara de que convivir significa tener respeto a la ciudad y a quienes viven en ella.
Merece especial mención, en cuanto a la educación cívica se refiere, el tema de la limpieza urbana: la falta de respeto mutuo, en algún sector del pueblo madrileño,  está dejando la ciudad fea, triste y sucia. Aumentar la limpieza de Madrid es un quehacer de todos, y también lo es que cada uno de nosotros se convierta en censor de los demás, advirtiéndoles que no ensucien o dañen. Nada conseguirá la Alcaldía en este aspecto si no cuenta con sus convecinos. (…)
Nada disculpa una desidia que puede llegar a dañar la salud pública. No se olvide que no deben colocarse las bolsas en recipientes que contienen las basuras antes de una hora del paso del vehículo que las recoge, cuando la recogida se hace durante el día, ni antes de las diez de la noche, cuando sea nocturna. (…)
Advierto también a los convecinos que quien sea propietario de un animal doméstico debe cuidarlo, para que la satisfacción de su compañía no implique molestias a nadie. (…)
Como Alcalde, acudo a los vecinos de la Villa y Corte de Madrid pidiéndoles  ayuda, tanto para que cumplan lo que la buena crianza y la educación cívica requieren, como para que inciten a que lo hagan quienes no cumplan como  deben. Todos debemos contribuir, en nuestro cotidiano vivir, en el círculo de nuestros conocidos, amigos, familiares y, en general, convecinos, para que Madrid se convierta en una ciudad limpia y tranquila.
El Alcalde agradece la buena voluntad y la ayuda de todos.
Madrid, 10 de octubre de 1979.
Los bandos de don Enrique no han perdido vigencia al paso de los años dado que son tan necesarios hoy como lo fueron ayer. Y no sólo en Madrid.

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